miércoles, julio 19, 2006

ESTO ES SAETAS: DEPORTE Y AMISTAD



Hace más de cuarenta años que llevan jugando juntos. Toda una vida de amistad y de básquetbol. Jaime y Nano.

Este es el grupo de basquetbolistas y amigos que se adjudicó el Campeonato de Apertura de Básquetbol Master Mayores de 50 años, de Temuco, 2006. Aparecen: Jaime Santander, Juan Anjel, René Salas, Hernán Pooley, Luis Salvadores, Adelmo Bórquez, Héctor Hidalgo, Ricardo Meyer y Mario Miranda. Falta en la foto Claudio Valdivia.

Nano y Adelmo. Una amistad más reciente, ligados por una pasión: el básquetbol.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ke orgullosa estoy de ser parte (indirectamente) de esta gran familia de campeones, me duele no poder estar ahi para compartir los triunfos , tan merecidos por cierto, de estos gigantes del basquetball. espero poder estar ahi para ver el siguiente campeonato!,y poder disfrutar tambien , y por ke no decirlo ,de las ricas chelas y todo lo ke viene con las celebraciones !
Bueno, desde la distancia los felicito de todo corazon, sigan asi !!!!, saludos y abrazos a todos en especial a mi maravilloso padre( aita)! Agur eta geroarte!
O en buen chileno: chao y hasta pronto!

Anónimo dijo...

Saetas Verdes, sinónimo de Amistad

Al ver las fotos, recordé cuando llegué a Temuco el año 1962, venía del Instituto Nacional en Santiago, al internado del Colegio De la Salle. Un gran cambio para un adolescente de 14 años, pero donde encontré grandes amigos, compañeros de curso, que aprovechábamos todos los recreos para jugar pichangas de básquetbol, encestando en los arcos instalados en los añosos pinos del patio. Entre estos compañeros estaban Jaime Santander E. y Claudio Valdivia C., con los que jugamos en las series juveniles, adultos, y ahora algo mayores.
El año 1968, llegó desde San Pablo a esdtudiar a la Universidad, otro promisorio jugador y mejor amigo: Mario Miranda M., quien luego se sumó a los seleccionados de Temuco, donde fuimos todos acrecentando nuestra amistad al alero del deporte.
Hoy, gracias a Saetas Verdes, estos cuatro “muchachos” seguimos cultivando y haciendo madurar esa juvenil amistad, compartiéndola con nuestras esposas e hijos.
Con el correr de los años, dentro del rectángulo, he multiplicado mis amistades.
Gracias a todos los Saetas por regalarme su amistad.
Un abrazo a todos.