sábado, junio 28, 2008

Hasta siempre, Miguel

"Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío", dice la canción y agrega: "que no lo puede llenar la llegada de otro amigo". Efectivamente, nadie podrá llenar el espacio que has dejado, Miguel. Tu partida prematura nos llena de pena, pero también de nostalgia. No podremos olvidar aquellas gloriosas jornadas donde tú eras protagonista, con una puntería envidiable de media distancia, casi infalible, pero con una simpleza y sencillez admirables. Siempre hiciste parecer simple lo difícil y fuiste un caballero dentro y fuera de la cancha, que es la conducta que debe caracterizar a todo jugador de Saetas.